Lo más preciado, el regalo más grande de todos, la vida. La gente le da vida a los pueblos y estos mueren una vez que los dejan, esto está pasando en España en proporciones preocupantes.
Cada vez nos topamos en los portales informativos y titulares de los diarios nacionales de España, con la noticia de que las zonas rurales del país están volviendo a la vida. Quiero decir que lejos de irse perdiendo en el olvido por la migración de sus habitantes a ciudades más pobladas, que tradicionalmente se van de los pueblos en busca de mejoras económicas y de nivel de vida, están recuperando su esplendor.
La preocupante proporción de habitantes pueblo/ciudad
En el caso de este país en particular, la relación de personas que viven en la ciudad y las que lo hacen en los pueblos es de 80/20; dicho de otro modo, la mayor parte de las tierras rurales están desocupadas mientras que las ciudades se quedan sin espacio para vivir. En Madrid el metro cuadrado para una vivienda se puede conseguir en unos 3.047 Euros, en Barcelona unos 4.253 en Murcia el precio puede estar entre 992 y 1.044 (todas son cifras que varían según la fuente inmobiliaria que las maneja) la idea es que se haga evidente que la ciudad tiene menos espacio, más gente quiere ir a vivir allí, significa más demanda y menos oferta, precios más altos por un mismo bien.
La cifra de esta relación 80/20 proviene de la Federación Española de Municipios y Provincias, es una cifra que revela el problema de despoblación que se vive, estamos hablando de 4.000 localidades que están en situación crítica. Cuando esto sucede, estratégicamente los gobiernos promueven políticas para crear incentivos para que las personas se interesen en ir a vivir allí. Australia y Nueva Zelanda, entre otros, han hecho a través de las redes y en medios formales como TV, piezas publicitarias que ofrecen un paquete que incluye beneficios económicos, tierra, nacionalidad, etc. Para que sin importar el lugar de origen del interesado en la oferta acudan al país o pueblo que lo ofrece, previo cumplimiento de ciertas obligaciones que deberán atender, cantidad de años que deben vivir en el sitio para tener acceso a la oferta, edad, población, tamaño de la familia entre otros.
Es como una empresa que necesita gente para hacer productivo el negocio y busca contratar gente, hacen una propuesta al mercado potencial y lo hacen estableciendo un perfil del candidato, es prácticamente lo mismo. Hay una serie de reglas y si ambas partes están de acuerdo, se hace el trato.
Para que los pueblos no se conviertan en fantasmas necesitan dinero y eso no llega si no hay gente que lo movilice.
Lo que unos desprecian… Las ventajas de vivir en un pueblo
Existen muchas ventajas para animar a la gente a vivir en un pueblo, mencionamos algunas de ellas:
- La paz que muchos de estos pueblos de España a punto de desaparecer, es algo que puede ser muy apreciado por personas que la buscan desesperadamente y están dispuestos a hacer realidad su sueño de vivir en armonía con la naturaleza y en una envidiable paz espiritual.
- La riqueza culinaria, porque los ingredientes que se usan para la comida son de gran calidad y además son orgánicos, muy saludables.
- El alivio del estrés, una de las problemáticas más grandes hoy día en gente que vive en la ciudad.
- Vida más familiar, la ausencia de distracciones tecnológicas y el ambiente más amable y cercano, nos lleva a contar con una vida más familiar en los pueblos.
- Salud en general, el aporte de vitaminas del sol, el aire puro que respiramos, mejor salud visual, mejor alimentación, etc…
Lugares como la conocida Laponia del Sur, Órgiva, Pampaneira, uno de esos pueblitos de la ladera sur de Sierra Nevada, entre otros tantos, luchan para hacerse visibles, no para construir grandes urbanismos por lo bajo del metro cuadrado del lugar, sino para que gente sensibilizada con la cultura, la vida cerca de la naturaleza y la búsqueda de un lugar de paz vaya a ellos y los ayude a permanecer vivos. Los extranjeros lo están haciendo, apreciando y dándole valor lo que otros han desechado.